El Campo de las Naciones ocupaba en 2009 el sexto lugar de la región con un PIB de 2.171 millones de euros. Con 1.464 habitantes y 18.591 empleos (las viviendas y los empleos están separados casi 1 km, un efecto de la delimitación de las secciones censales para los censos demográficos), la proporción era de más de 12 empleos por habitante. Era la décima sección censal por empleos de la región.
La zona es, sobre todo, el emplazamiento del recinto ferial de IFEMA, de donde viene su actividad (la localización junto al aeropuerto ayuda, y hay conexión por metro tanto con el como con el centro a través de Azca), y también el emplazamiento de una cierta capacidad de oficinas; una parte están en la entrada al recinto ferial, y otra parte importante está en una estrecha lengua entre el ferrocarril y la autovía M-40. La superficie edificada incluye 478.000 m2 de aparcamientos, 363.000 m2 de oficinas, 64.523 m2 de viviendas (separadas de lo anterior), 53.000 m2 de hoteles y restaurantes y 3.900 m2 de comercios. La arquitectura más interesante es la de los grandes espacios feriales (en su gigantesca parcela hay 590.000 m2 edificados) pero no tienen una verdadera relación con el espacio público; el parque Juan Carlos I es representativo del paisajismo español de la década de 1990, y con mucho el espacio público más utilizado en la zona, con una afluencia de público sobre todo en vehículo privado, dado que está rodeado de barreras infraestructurales; es un buen mirador sobre el noreste de Madrid.
Lo que este espacio no es es una centralidad urbana completa (pocos recintos feriales modernos lo son), sino más bien un enclave monofuncional que genera bastante PIB en el marco de un sistema más complejo (sería impensable sin el aeropuerto y las autopistas).Aunque la afluencia de visitantes durante un congreso puede ser muy importante, y hay algunas sedes empresariales, no hay suficiente diversidad de usos y al ser discontinuo respecto a otros tejidos urbanos las complementariedades se producen en coche, lo que hace que se diluyan.