La imagen superior corresponde al pueblo de Alange, en la provincia española de Badajoz. En 1992 se finalizan las obras de la presa, un muro de 67 metros de altura desde cimientos y 720 m de largo, y lo que hasta entonces había sido un pueblo ubicado sobre el valle del río Matachel pasa a ser un espacio marcado por el agua y la nueva línea de costa. Es claramente una actuación fuera de la escala de intervención posible para un pequeño municipio, llevada a cabo por la Confederación Hidrográfica del Guadiana. La actuación crea un paisaje nuevo con la finalidad de aprovechar las aguas para riego (aguas abajo hay una amplia llanura agrícola) y producción de electricidad.
La presa recoge las aguas de una cuenca de 2.545 km2 (una superficie mayor que la provincia de Vizcaya), y en su lámina de agua, que ocupa unos 35 km2, sobresalen algunas islas que muestran la geología del ámbito. Al haberse vaciado el vaso de vegetación, la lógica oscilación de niveles hace que cuando el agua baja quede al descubierto una ribera mucho más árida que lo que queda por encima.
El agua ha supuesto un cambio importante; un barrio se ha movido a otro emplazamiento más alto al verse cubierto por las aguas, han aparecido algunas edificaciones ligadas al nuevo paisaje, y es de suponer que las indemnizaciones por las expropiaciones de terrenos anegados habrán tenido algún efecto en la economía local. También habrán desaparecido tierras de cultivo del antiguo fondo del valle. En una zona el nuevo trazado de la carretera pasa entre el borde del pueblo y el agua, pero su configuración no se ha cuidado mucho. El embalse es un elemento central en una zona de especial protección para las aves (ZEPA) de la Red Natura 2000 de la Unión Europea; las aves han pasado a ser usuarias del embalse. Pero los habitantes se han reducido; en 1996 había 2.031, y en 2014 se habían reducido a 1.946