Las Landas de Gascuña son una zona de Francia que conforma la mayor parte del litoral de Aquitania, con unos 14.000 km2 de extensión. Suponen un ejemplo de la complejidad de las grandes intervenciones sobre el territorio.
Lo que en la actualidad es uno de los mayores bosques de Europa es en realidad una intervención humana. Las landas fueron tradicionalmente vistas como un territorio de marismas insalubres, con suelos pobres y una economía de subsistencia basada en cultivos poco productivos y la cría de corderos, que permitían reciclar una vegetación escasa en abono. Tras varios intentos infructuosos de desarrollo agrícola con cultivos diversos, del arroz al tabaco, y bajo la amenaza del paludismo y de las dunas móviles, la Ley del 19 de Junio de 1857 establece la desecación de las landas y la plantación de pinos para el aprovechamiento de su resina y madera.
El proceso de desecación y plantación dura hasta 1914. Se ve acompañado por una importante privatización de tierras (hasta entonces una gran parte eran tierras públicas, lo que también facilitaba el tránsito y pasto del ganado) y tensiones sociales por el paso de la agricultura y ganadería de subsistencia a la explotación forestal.
La explotación de la resina pierde importancia hasta desaparecer a finales del siglo XX. En 2009 la tormenta Klaus arranca un importante número de árboles, obligando a medidas de estabilización del mercado maderero (los árboles arrancados afectarían al precio de la madera) y planteando un debate sobre el modelo silvícola.