En el origen había una plaza de toros y una amplia, pero corta, avenida enfocada hacia ella (poner una plaza de toros en una manzana de una cuadrícula impide darle el protagonismo de una perspectiva).  Pero la plaza de toros desapareció, para dejar sitio a algunas viviendas y a un palacio de deportes (D en el plano).

Aparecieron los grandes almacenes (hay dos grandes centros de El Corte Inglés en las marcas A y B del plano) y los coches. En la década de 1970 aún había coches circulando, como en una avenida normal. Alguien tuvo  la idea de organizar una aparcamiento subterráneo, y hacia finales de los años 1980 de peatonalizar esta avenida que, en realidad, no llevaba a ninguna parte. Hasta se encargó a Dalí una escultura…

Teniendo un aparcamiento debajo, la plaza no podía tener arbolado salvo en sus bordes; eso, en si mismo, no es algo totalmente ajeno a la cultura castellana, pero lo cierto es que en el verano madrileño creaba un espacio demasiado duro, junto a un eje comercial de primer orden y bien comunicado (intercambiador de transportes en C en el plano). Hace unos 10 años se empezó  a hablar de civilizar un poco este espacio, y finalmente hace pocos años se concluyó el proyecto de Patxi Mangado. Se cambió la pavimentación y se colocaron algunos árboles en la zona occidental de la plaza, sobre unas plataformas apoyadas en la losa del aparcamiento.

No es que no sea posible disponer arbolado sobre un aparcamiento; es sencillamente que es complicado, por lo que la evolución a largo plazo de muchos espacios centrales de las ciudades estará bastante más condicionada de lo que se cree.