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Biblio (86) El futuro del empleo. Voluntad y sensibilidad

Carl Benedikt Frey y Michael A. Osborne, de la Oxford Martin School, han publicado en septiembre de 2013 un artículo sobre el futuro del empleo, estudiando la posibilidad de sustitución de personas por sistemas informáticos para un conjunto de 702 profesiones del contexto estadounidense. Su principal conclusión es que cerca del 47% de los empleos actuales en ese país son susceptibles de desaparecer ante las máquinas, y por tanto la espera por la vuelta de los empleos perdidos por la tecnología que prometen los profetas de la destrucción creativa de Schumpeter (un concepto enunciado en 1942, bien lejos de nuestro contexto actual y, según parece, desde un enfoque muy distinto del que hoy en día se le atribuye comúnmente) se prolongaría mucho… Esto podría cambiar totalmente nuestra visión de la ciudad y lo urbano, al menos en las “ciudades occidentales” tal y como las conocemos.
Si fuera un ludita no estaría escribiendo un blog; tengo una cierta tendencia al optimismo, que no siempre se apoya en datos. Pero este artículo contiene elementos interesantes y una reflexión coherente. El artículo empieza exponiendo una metodología para clasificar la probabilidad de digitalización de los empleos. Esta probabilidad es proporcional a la posibilidad de que las tareas necesarias puedan describirse y ejecutarse mediante algoritmos; es por tanto más fácil que un ordenador pase a sustituir a quien controla una máquina no muy compleja que a un fisioterapeuta, que debe hacer frente a muchas situaciones particulares, tanto físicas como psicológicas.
Pero aparentemente la complejidad y eficiencia creciente de los programas informáticos implica que pueden asumir tareas cada vez más complejas. Más allá de la promesa del coche autónomo todo un conjunto de funciones, como el análisis de documentos legales, están volviéndose “digitalizables”. Algunos atributos que se consideran claramente humanos como la movilidad y la capacidad de adaptación a lo inesperado son objeto de tentativas de sustitución por grupos de sensores y motores. Algunas industrias, como la construcción, pueden verse afectadas por más prefabricación, declinaciones de la impresión 3D o factores como mayor importancia de la rehabilitación, cercana al bricolaje (no es en si misma una sustitución de máquinas por hombres, pero una situación facilitada por la disponibilidad de información en internet), provocando una reducción en la demanda de estos empleos.
La ventaja humana, según los autores, está sobre todo en la capacidad de interacción con otras personas: cuidados, negociación, persuasión, producción artística. En definitiva, voluntad y sensibilidad. Materias en las que la robotización (que los autores ven cercana) está aún lejos. Por ejemplo, no me fio de los traductores automáticos para las versiones francesa e inglesa del presente blog, porque cuando utilizo el lenguaje a veces quiero expresar sutileza, ambigüedad u otros aspectos que pueden llegar a depender de aparentes imperfecciones; pero si me fio de los correctores ortográficos o gramaticales (aunque a veces sea para saltármelos), porque el lenguaje desprovisto de intención si que es susceptible de regularse con algoritmos.
El estudio incluye una tabla de probabilidades de digitalización de 702 categorías de empleo. La profesión más suscetible es el telemarketing (puesto 702). Los agentes de seguros están en el 697, los cajeros de banca en 683… los inspectores de edificación en 350. Los arquitectos en el lugar 82, los paisajistas en el 133, los urbanistas en el 184, y… los arquitectos de redes informáticas en el 208 (aunque los analistas informáticos en el 32). Los médicos de todo tipo salen bien parados (psicólogos 17 o inferior según categorías, doctores en general 15), como los profesores. No hay que confundir menor posibilidad de digitalización de un trabajo con mayor remuneración, en todo caso…
¿A qué se parecería una ciudad que hubiera perdido ese 47% de empleo? Algunas actividades que están en el corazón de lo que entendemos como centralidad urbana sufrirían, como categorías enteras de comercio (no hay más que pensar en la FNAC, sometida a un contexto en el que la venta por internet ya es una competencia real para artículos informáticos). Estoy casi seguro de que siempre habrá cafeterías de algún tipo, pero ¿seguirá habiendo camareros?

Londres, género y posición

De acuerdo con el censo de 2011, en Londres había en ese año casi 4 millones de empleos, de los cuales 2,1 millones (el 53,4%) correspondían a hombres. En la categoría de Managers, Directores y altos ejecutivos había 300.000 hombres y 164.000 mujeres, mientras que en profesiones liberales había 461.000 hombres y 436.000 mujeres. En tareas de administración y secretariado, la relación era 127.000 hombres por 286.000 mujeres.

Lo interesante es como se reparten estas tareas por género y geografía. Al igual que ayer, las líneas rojas representan la red de metro. 

Directores y altos cargos, distribución

Directores y altos cargos, distribución

Directores y altos cargos. Las zonas azules cuentan con más hombres, las rosas con más mujeres

Directores y altos cargos. Las zonas azules cuentan con más hombres, las rosas con más mujeres

Profesionales. Distribución

Profesionales. Distribución

Profesionales. Azul mayoría masculina, rosa mayoría femenina

Profesionales. Azul mayoría masculina, rosa mayoría femenina

Secretariado. Distribución

Secretariado. Distribución

Secretariado. Azul mayoría masculina, rosa mayoría femenina

Secretariado. Azul mayoría masculina, rosa mayoría femenina

 

 

 

 

Centralidad y periferia en Madrid desde 2000 (6)

Empleo en 2009: en la primera capa, en color rosado, secciones censales con de 1 a 3 trabajadores por empadronado; en la segunda capa, en gris las 20 secciones censales con más de 3 trabajadores por empadronado.

Empleo en 2009: en la primera capa, en color rosado, secciones censales con de 1 a 3 trabajadores por empadronado; en la segunda capa, en gris las 20 secciones censales con más de 3 trabajadores por empadronado.

La centralidad depende del empleo, pero no sólo de ese parámetro. En 2009 la mayoría de las secciones censales de Madrid tenían menos trabajadores en las empresas de su ámbito que empadronados; es importante recordar que la sección censal es una delimitación que se utiliza para los censos de población, y por tanto su tamaño varía, ampliándose sustancialmente en zonas rurales o industriales, con escasa población permanente.

El equilibrio entre empleo y residencia ha sido una de las obsesiones del urbanismo en las últimas décadas, buscando optimizar los sistemas de movilidad y equipamientos y evitar los barrios monofuncionales; en países pretendidamente avanzados, en los que las vidas laborales cada vez son menos uniformes, esto es cada vez más difícil. No obstante, puede concluirse que es un indicio de centralidad que en un ámbito la proporción de trabajadores respecto de habitantes sea relativamente elevada; si es demasiado elevada, se pierde la condición de diversidad que marca al centro, o directamente se está en una zona monofuncional como un polígono industrial.

En la zona central de Madrid existe un claro eje Norte- Sur en torno a la Castellana en el que hay muchas zonas donde hay 3 o más trabajadores por habitante, a lo largo del paso de la Castellana; en general gran parte del barrio de Salamanca y del entorno de Gran Vía tenían en 2009 más trabajadores que empadronados. Cuando se analiza el conjunto de las secciones censales de la región, las que presentan valores más altos son polígonos industriales, la zona del Aeropuerto (1), el gran patio de vías de la estación de Atocha (2) o la Ciudad Universitaria (3), claros enclaves monofuncionales. También aparece Azca (4), la tentativa de barrio de rascacielos de la década de 1960, y el entorno de Cibeles y el Banco de España (5), con múltiples instituciones públicas y privadas; en estos casos, la relativamente pequeña dimensión de la correspondiente sección censal y su inserción en un marco más poblado, con buena accesibilidad por todos los medios, si que contribuye a crear centralidad.

Dentro de la M-30 el valor medio era en 2009 de 0,85 empleos por habitante.

En color rosado, secciones censales con de 1 a 3 trabajadores por empadronado