Cada profesión tiene sus mitos o sus realidades, en función que trate. Los tipógrafos odian ciertos tipos de letra, a los modistos les parecen horrendas ciertas prendas en determinadas circunstancias, a los matemáticos no les gustan las asimetrías del pensamiento, y a los arquitectos… bueno, a los arquitectos puede no gustarnos nada según el día, o sólo cosas que no les gustan a los demás (es que somos de lo que no hay…).
A los ambientalistas les gustan los árboles… pero no todos. Por ejemplo, en toda la cornisa cantábrica (norte de España) es común la queja contra los eucaliptos, como los de la imagen (playa de Santa Cristina, Oleiros), por ser una especie ajena y porque tienden a desplazar a las autóctonas, consumir más agua y empobrecer el suelo. Tampoco les gustan las choperas (para ellos no son en general representativas de un árbolado natural, sino un ejemplo de especulación, como un vil bloque de apartamentos en la playa…). Manejan argumentos cuantitativos, aunque como todos lo argumentos científicos, susceptibles de corrección con nuevas evidencias, especialmente cuando se trata de algo tan complejo como la ecología, no en sentido político sino como análisis de la interrelación entre los elementos de un ecosistema.
La irrupción del cambio climático supone un nuevo elemento. Estas especies son criticadas por su crecimiento rápido a costa de otras plantas del entorno; este crecimiento rápido puede ser una virtud, dado que la absorción de gases de efecto invernadero, entre ellos CO2, es proporcional al crecimiento de la masa (la proporción de CO2 en la madera es más o menos constante con independencia de la especie). No obstante, esta ventaja climática sólo puede considerarse si la gestión forestal es correcta; un incendio haría que ese CO2 se dispersara, o un tratamiento inadecuado del suelo haría que el carbono acumulado en el (el árbol es sólo un elemento de paso entre la atmósfera y el suelo) se liberara igualmente…. Como en todo problema ecológico, no puede cerrarse el análisis en un único factor.
Cuando paseo bajo estos árboles, que estéticamente me gustan y climáticamente pueden tener su interés, entiendo en parte a aquellos a los que les gustan edificios que me parecen insoportables…