Una tarde de domingo, saliendo de una comida, me he llevado una agradable sorpresa: una nueva librería de gran tamaño. No soy dado a los deportes y pocas cosas me aburren tanto como las tiendas de ropa, pero sin embargo las librerías son mis comercios favoritos; no obstante, desde que he comprado un libro electrónico me siento culpable (aunque también tiene algo de culpa el precio del m2 de vivienda… ya no me caben los libros en casa).
El nuevo establecimiento de La Central (una cadena barcelonesa) junto a la plaza de Callao muestra una interesante selección de libros en un edificio restaurado según un proyecto inteligente. ¿Tendrá éxito una librería en papel en un momento de digitalización cultural masiva? El futuro es incierto, pero en todo caso el establecimiento tiene atractivo, y probablemente por su posición dependa tanto para sus ventas de los madrileños como de habitantes de zonas más exteriores del área metropolitana que se desplacen al centro y de los turistas que visitan la ciudad.