En realidad la innovación tecnológica no nos aleja de un hecho: vivimos sobre la tierra gracias a la radiación del sol. Llevamos siglos transformando la energía en materia a través de la fotosíntesis, y de hecho las plantas son paneles solares que tienen un determinado ritmo de funcionamiento. Pasar a cultivos con mayor rentabilidad económica no deja de ser depender del sol. Lo que si nos aporta la tecnología es la posibilidad de remitir la energía del sol, sin transformar en materia (leña para fuego, alimentos o cualquier otro producto), sino en forma de electricidad. Pero los paneles solares no crecen solos, requieren una infraestructura de transporte eléctrico, y no siempre estamos acostumbrados a verlos en el paisaje. Aunque las ovejas parece que si…