Columnas (5)

Me temo que algunos de mis lectores se están preguntando por este brote de interés por las columnas y las imágenes sintéticas. Más allá del hecho obvio de que soy un arquitecto interesado en el urbanismo, un campo amplio, pero que no por ello he perdido el interés por la forma física de las cosas, últimamente he visto un número creciente de referencias a la impresión 3d como un nuevo paradigma. Algo con lo que podría llegar a estar de acuerdo, aunque he de reconocer que conozco poco sobre el tema.

Vayamos a lo básico: la impresión 3d (o fabricación aditiva, en lenguaje técnico) permite producir casi cualquier cosa que se pueda describir en un lenguaje descriptivo 3d, aunque sea un objeto compuesto por múltiples materiales o que tenga partes móviles (y con independencia de otras cualidades del objeto). El coste de producción aún es desconocido a largo plazo, pues es aún una tecnología joven; no se como se compara en términos ambientales o económicos con otros sistemas de fabricación (¿habrá suelos contaminados por plantas de impresión 3d o sus cadenas de aprovisionamiento? la posibilidad existe, como en cualquier sistema industrial). Pero creo que puede cambar muchas cosas dependiendo de algunos elementos:

Se habla mucho sobre la cuota de mercado que puede alcanzar la impresión tridimensional en la fabricación. Desde un punto de vista masivo, creo que estamos de nuevo ante un problema similar al de los prefabricados, aunque d una forma diferente. Hace algunas décadas la gente pensaba que la prefabricación era el futuro de la arquitectura, pero el panorama hoy es mixto: desde luego, en todos los países avanzados ha habido una importante estandarización de la construcción, pero hay cosas como los cimientos que no suele ser práctico prefabricar. Por otra parte, la arquitectura prefabricada suele asociarse negativamente (al menos en parte de Europa) a la vivienda social. El hecho de que una tecnología que parece mejor esté disponible no siempre conduce a su uso efectivo. Algunos dicen que la impresión 3d puede justamente hacer lo que la prefabricación no puede: dar soluciones específicas de mejor calidad.

Y esa es la cuestión central. No sé cuánto mercado conseguirá esa tecnología, pero tiene lo que llamaría un “coste de inteligencia” en arquitectura (o en cualquier otro sistema de producción) que probablemente ira contra la producción personalizada. Piense que va a comprarse una casa y tiene un presupuesto limitado: puede gustarle la arquitectura personalizada, pero hay muchas posibilidades de que ante una oferta de buen precio se decida por la solución estándar. Cierto, podría utilizarse un algoritmo para que cada casa tuviera una forma diferente a la de al lado, pero conseguir un buen resultado requiere un trabajo duro, que debe pagarse (es lo que los arquitectos han hecho durante siglos). Probablemente la mejora incremental de los productos informáticos a la que nos hemos acostumbrado pasará a elementos materiales, pero de forma sutil. Por ejemplo, una viga de acero laminado podría mejorarse en términos de eficiencia con alas de espesor variable, pero eso sería invisible para la mayoría de la gente. Parece improbable ver en un futuro próximo una personalización total de cada casa (salvo en algunos suburbios pretenciosamente ricos). Y no estoy tampoco seguro de llegar a ver las obras convertidas en gigantescos plotters construyendo los edificios por franjas de 1 mm (de hecho, las estructuras de hormigón son ya una producción aditiva…), o conjuntos de robots ir de columna a columna para dar a cada una un diseño exclusivo. Poner algo en contacto con el suelo, que se deforma bajo presión, tiene complejidades que no sé cómo se resolverían con esta tecnología.

Una columna es un elemento estructural. Los experimentos de Hansmeyer merecen seguirse, la morfogénesis siempre es interesante, pero a menudo están lejos de la eficiencia estructural. Esto no es un pecado, pero significa que seguramente serán un mercado de nicho.

Ante la posibilidad de dar un toque personal a su casa, ¿preferiría construir algo con sus propias manos (Christopher Alexander decía que los arquitectos siempre debían aportar ese toque a sus edificios) o con una impresora 3d? para mucha gente un programa de diseño 3d sería inutilizable. Pero algunos podrían hacer contribuciones interesantes; o también cabe pensar en que hubieran hecho con una impresora en 3d Ferdinand Cheval o Justo Gallego.

Imagen de Y. Khasanov

De vuelta a la mezquita de Djuma en Khiva. Lo interesante ahí es que está toda la inteligencia que se necesita para producir ese edificio excepcional, integrando el sistema de producción y el conocimiento técnico. Las columnas son diferentes, y sospecho que es, entre otras cosas, por la misma razón por la que los sillares tienen marcas de cantero en las iglesias europeas: cada cantero era pagado por los elementos producidos, así que tenían que hacer reconocible su obra. Desde un punto de vista estructural, la elegancia de la basa de la columna viene del hecho de que los muros perimetrales son bastante espesos; nunca he estado en este edificio, pero un pilar de madera de esta configuración no tiene capacidad de transmitir cargas laterales. ¿La arquitectura sería mejor con impresión 3d? sólo si la arquitectura es mejor, porque la construcción sólo es una parte.

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