La Unión Europea se presenta a menudo como una organización que ha ayudado a Europa a lograr uno de los periodos más largos de la historia sin guerras. Y es cierto. Pero se ha llegado a un punto en el que esto probablemente va a cambiar (no la paz, pero si la arquitectura que la sustenta).
Entre los cinco temas del título sólo dos han creado un cierto consenso en Europa, pájaros y Euros. Dos países son potencias nucleares, pero eso no está sometido a negociación (y desplaza de golpe toda la cuestión de la defensa común a la OTAN, un marco diferente). Otro pequeño puñado de países tiene armas nucleares de la OTAN. Es una materia de decisión estatal.
Siete estados son monarquías, lo que quiere decir que en algún momento del pasado algunas personas fueron “elegidas por Dios” para guiar sus rebaños. Y por tanto, hay una diferencia sustancial respecto a un presidente electo, creando fricciones potenciales en el futuro. Pero la forma del Estado la define cada uno de ellos.
El Parlamento Europeo ha aprobado recientemente (11 de junio de 2013) una resolución sobre vivienda social. Pero no es una Directiva, y parece difícil alcanzar un compromiso en la materia. De hecho, hay Directivas sobre las emisiones y el consumo energético de los edificios, lo que no es exactamente la misma cosa. En lo que respecta al derecho a la vivienda y como se asegura, cada estado decide.
El Euro se ha convertido en algo real y tangible, una prueba sin duda del consenso entre los estados, que han cedido una parte esencial de lo que hasta ahora se entendía como marca de independencia: la moneda. Hasta que punto los ciudadanos perciben a esta moneda como algo bueno es otra cosa tras la crisis. Aun cuando la moneda de un país de la Unión no sea el Euro, esta mantiene fuertes prerrogativas económicas.
Europa ha aprobado una directiva sobre aves, una de las pocas materias en las que la Unión ha dicho algo concreto sobre usos del suelo. Parece que estamos de acuerdo en que nos gustan los pájaros (a mi también, por supuesto).
Los escoceses han previsto un referéndum de independencia para este año. Quieren separarse del Reino Unido, pero permanecer en la Unión y la OTAN. Pero la independencia ya no es lo que era. La cuestión no es porqué los escoceses (o los catalanes, por ejemplo) quieren cortar lazos pero permanecer en Europa, y porqué países como países como Serbia y Albania quieren entrar. La pregunta es mas bien cual es el nivel del mihojas administrativo, por utilizar una expresión francesa, que puede ser redundante ahora que Europa gana poder. Y el nacionalismo juega un papel: por ejemplo el UKIP quiere un Reino Unido separado de la Unión, pero no una Escocia independiente, que a su vez sería un estado, pero bastante menos fuerte de lo que algunos piensan.
¿Cómo influyen estas cuestiones en arquitectura, ordenación del territorio y urbanismo, lo que a fin de cuentas es el tema de este blog?. Atentos a próximos artículos…