He aquí un artículo publicado el 10 de noviembre en The Guardian por Tom Campbell, el autor de una reciente novela, “The planner”, protagonizada por un joven urbanista en Londres (hoy en día la gente escribe sobre cualquier tema…).
El autor describe en el artículo, en el contexto inglés, el desasosegante divorcio entre unos estudiantes de arquitectura ridiculizados por tener una imaginación desbordantemente alocada y unos estudiantes de urbanismo centrados en programas absurdamente limitados a un sistema de regulación existente, sin una visión más amplia de sus implicaciones para la sociedad. La visión promovida desde el gobierno británico de que el urbanismo es una limitación molesta para el crecimiento económico no ayuda. Se mencionan dos iniciativas que buscan ser un revulsivo ante esta situación: “Building Rights” y “Novus”.
Por supuesto, habla del Reino Unido. Esto no pasa en ningún otro país del mundo…