Lisboa

¿Para qué sirven las tiendas? (4) Chocolate

Chocolatería frente a la iglesia de la Madeleine, en París.

Chocolatería frente a la iglesia de la Madeleine, en París.

Aquí hablo de chocolate tanto en sentido literal como figurado… Abrir una tienda (como cualquier negocio) es un acto de fe en una idea, y de un modo muy público. Quien tenga un blog lo puede entender: uno prepara su idea, le da vueltas, la pule y la saca al público. Y luego no se sabe muy bien porqué, algunas ideas que a lo mejor no parecían las más brillantes son las que más tráfico tienen (o eso dicen las estadísticas de wordpress…), mientras que otras, a priori más interesantes, quedan por detrás. En un blog, en el fondo, los efectos no son demasiado graves, pero en una tienda la cuestión implica la diferencia entre ganar o perder bastante dinero. Aunque tener tráfico no implique ganar dinero, suele ser una condición necesaria para dar a conocer el producto y, probablemente, vender algo…

Panadería en la estación de Rossio, Lisboa

Panadería en la estación de Rossio, Lisboa

La apariencia exterior de un comercio es esencial. Que esté limpio y bien iluminado es lo mínimo, pero también tiene que estar en un lugar transitado, lo cual tiene un precio. Y para optimizar ese precio hay que hacer atractivo tanto el local como el producto. En ocasiones lo primero es más posible para el comerciante que lo segundo, sobre todo cuando se vende lo que no se produce in situ. Y en todo caso hay que diferenciarse de la competencia.

Una tienda de productos de belleza en París, cerca del Passage de l'Olympia

Una tienda de productos de belleza en París, cerca del Passage de l’Olympia

Es evidente que los comerciantes buscan atraer a la clientela a su negocio; lo que nos llevamos como efecto colateral es el cuidado de la presentación de algunas cosas en el espacio público, una aportación estética relevante. Por supuesto se puede entrar en el debate del consumismo, pero sería obviar una parte importante de esta situación.

Sombrerería en la plaza del Rossio, Lisboa. A veces mantener lo que se tiene puede ser la mejor decisión...

Sombrerería en la plaza del Rossio, Lisboa. A veces mantener lo que se tiene puede ser la mejor decisión…

¿Dónde vivir con 200.000 €? (4) Lisboa

Lisboa-planoidealista

De acuerdo con idealista.pt la oferta de viviendas en Lisboa por debajo de los 200.000 € es bastante amplia. En función de la localización y la edad de la edificación (la obra nueva es muy escasa en estos precios), dentro del propio centro se pueden llegar a obtener viviendas de hasta 100 m2 por este precio.

71 m2 en el centro de Lisboa (primero sin ascensor)

71 m2 en el centro de Lisboa (primero sin ascensor)

Hipótesis 200 m (3)

Lisboa

La mayoría de las grandes áreas metropolitanas litorales desaparecerían bajo el agua, sin más (imagen superior, Lisboa). En algunos casos, la nueva ribera del mar sería un puñado de islas inconexas, más complejo que la costa actual, pero en otras (imagen inferior, el golfo Artabro entre La Coruña y Ferrol) la nueva línea costera parecería incluso un poco más sencilla. A menudo quedarían las cimas de las colinas, bastante menos interesantes. LC

Hermanamientos (4) Paisajes de bahía

Hay puertos que aprovechan un espacio naturalmente protegido, capaz para acoger los barcos que en ese momento se utilizan; Brujas o Gante fueron en su momento puertos importantes, pero el aumento del tamaño de los barcos y el cierre de sus estuarios por sedimentación han hecho que esto sea ya historia. Y hay puertos que lo son porque están en bahías sencillamente espectaculares, en las que cabría una flota entera; cuando se rodean de un área metropolitana, el resultado puede ser sencillamente espectacular en términos de paisaje y complejidad urbana. Grandes puentes con trazados extraños (la idea de que un puente conecta dos puntos por la línea más corta no suele aplicarse, porque a veces hay trayectos que aprovechan islas o arrecifes para sus apoyos), la competencia por el uso de los suelos llanos del borde acuático (muelles, aeropuertos, industrias, infraestructuras…) y un relieve complejo e impresionante están presentes.

Lisboa es una de las ciudades más impresionantes en términos de relación paisaje- tejido urbano de la península ibérica y de toda Europa. Da salida al mar a una cuenca hidrográfica que cubre una parte importante del centro de la península ibérica. El estuario del Tajo se ensancha en el Mar de la Paja antes de pasar por el estrecho entre Almada y Alcántara, creando una puerta al mar que, por su dimensión, es a la vez cierre y apertura visual. El imperio pasó hace ya tiempo, pero sus restos construidos siguen siendo interesantes: la plaza del Comercio es un ejemplo de calidad de arquitectura abierto al Tajo, pero no resulta opresiva.

San Francisco tiene una bahía aún mayor, formada por la confluencia de los ríos Sacramento y San Joaquín. Es la salida natural al mar de gran parte de las aguas del valle central de California. Aunque el centro de la ciudad está cerca del canal del Golden Gate hacia mar abierto, la relación visual con este es menos directa que en Lisboa. A cambio, la menor dimensión transversal de la península hace que exista una fachada urbana (de una densidad relativamente baja, y nada formalizada) hacia las playas de mar abierto. Por otra parte, hay rascacielos importantes, pero no se aprecia ningún espacio con la presencia escénica de la Plaza del Comercio de Lisboa; la imagen, como en muchas ciudades americanas, se configura más por la agregación de fragmentos que por un proyecto arquitectónico clásico. Algunos proyectos como la estación de alta velocidad han tenido formulaciones potencialmente impactantes en el paisaje urbano, pero no en relación con el mar, donde una de las actuaciones recientes más importantes ha sido sustractiva: el fin del viaducto de la autopista del Embarcadero.

Rio de Janeiro configura un paisaje urbano de una enorme complejidad, reconocido recientemente con su inclusión en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. El proyecto de transformación de Porto Maravilha pretende, entre otras cosas, transformar un sector portuario, pero aquí el espacio representativo de la ciudad ante el agua es realmente la playa, sin que eso quiera decir que Copacabana sea el centro; es una imagen conocida y un lugar transitado, pero no necesariamente el centro urbano como se entendería en otros países. En términos socioeconómicos, Rio aún acusa, décadas después, el impacto de la pérdida de la capitalidad federal en beneficio de Brasilia.

Cúpulas (1)

El Panteón de Lisboa

En puridad, una cúpula es una estructura hemisférica, una obsesión de la arquitectura occidental desde la antiguedad, sin mayores ventajas respecto a otras formas de cubierta que la de mostrar la capacidad de construir una forma compleja con capacidad de proyectar su imagen sobre el entorno. En puridad, el templo de Beijing no es una cúpula, pero cumple el mismo objetivo; geometría. Al igual que la iglesia maltesa; si se quieren ver multitud de cúpulas en poco espacio, Malta es un destino ideal, pese a que allí no hubiera un empeño imperial.

Una iglesia de un pequeño pueblo de Malta

El templo del cielo en Beijing

 

Lisboa (3) Portas do Sol

La zona en Bing maps

 

Un local de hostelería reciente, asociado a un aparcamiento robotizado de 150 plazas (llegar a pie o en eletrico permite disfrutar más de la ciudad) y un nuevo espacio público en la ladera oriental de la colina de Alfama. Los elementos de mobiliario son prácticamente lo único visible desde la rúa Sao Tomé.

La orilla opuesta del Tajo, al fondo

Lisboa (2)

Vista desde el Parque Eduardo VII de la estatua de Pombal y su obra. Puede verse a la derecha el elevador de Santa Justa

El centro de Lisboa define su imagen urbana por la combinación de los siguientes elementos:

– El Mar de la Paja, formado por el estuario del Tajo, una gran lámina de agua de 23 km de ancho en su zona de mayor extensión, que es atravesado por dos grandes puentes; la vista del centro desde el puente 25 de abril es espectacular. Como vacío metropolitano tiene un valor especial en el paisaje.

– Una zona baja en suave rampa entre las plazas de los Restauradores y del Comercio: la Baixa, con un trazado reticular del siglo XVIII resultado de la reconstrucción dirigida por el Marqués de Pombal tras el terremoto y tsunami de 1755.

– Dos colinas rodeando a la Baixa: el Chiado hacia el Oeste y Alfama hacia el Este.

– El desnivel como elemento que condiciona los desplazamientos, pero también brinda magníficas oportunidades de visuales de alta calidad, que han sido aprovechadas a lo largo de la historia.

– Una unidad importante en cuanto a las características de la edificación, aunque con las lógicas variaciones derivadas de la edad y las condiciones sociales y económicas de cada barrio.

– La constancia en el uso de un número limitado pero singular de elementos de urbanización, entre los que destaca sobre todo la calçada portuguesa, el sistema tradicional de pavimento de las aceras con piezas irregulares de pequeño tamaño de piedra caliza o basalto.

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El frente del Tajo ha sido objeto de obras de mejora en los últimos años, con modernización de las estaciones marítimas y de los muelles de las zonas centrales, como el de la Plaza del Comercio; las obras aún prosiguen hacia el Oeste, con una previsión de mejora de los espacios libres de ribera.

La Baixa es una zona de centralidad comercial y de negocios, hoy en día con un carácter más representativo que de centralidad financiera al haberse desplazado muchas de las sedes de grandes empresas a zonas más nuevas. No obstante es un centro vivo, servido por varias estaciones de ferrocarril y metro, y terminal de los sistemas de transbordadores que conectan a la ciudad central con otras localidades del área metropolitana situadas al sur del Mar de la Paja. Sigue siendo la sede de muchas instituciones gubernamentales, y la Plaza del Comercio expresa una cierta concepción de la relación del poder con el espacio público, comparable a otros grandes ejemplos de París o San Petersburgo. Una parte importante de sus calles ha sido peatonalizada, con calzadas ocupadas por terrazas de cafes y restaurantes. La Rua Augusta, que conecta la plaza del Rossio (Pedro IV) con la plaza del Comercio a través del Arco da Rua Augusta, es el eje central peatonalizado de la zona; no obstante, también hay actividad comercial en las calles laterales, y con especial intensidad en la parte más cercana al Chiado. La arquitectura muestra los rastros de ordenanzas uniformes, especialmente visibles por la unidad de la geometría.

El Chiado y la colina de Alfama son dos caras diferentes de la ciudad. El primero es un espacio con más fama cultural, por las tertulias literarias del Café A Brasileira, y tiene una función comercial recuperada tras el incendio de 1988. Esta comunicado con la Baixa por un sistema de calles de elevada pendiente, que puede obviarse a través del elevador de Santa Justa, una construcción de  hierro de finales del siglo XIX (obra de arquitecto portugués Raoul Mesnier du Ponsard) hoy en día gestionada por la compañía de transporte público, o de un centro comercial que sustituye a los grandes almacenes incendiados en 1988. También, al igual que en la colina de Alfama, se puede llegar a través de los eletricos, tranvías que en algunos casos de gran pendiente están especialmente adaptados. Alfama es, por el contrario, una colina más popular y doméstica, y las condiciones de vida parecen más precarias. Cuenta con más amplios miradores, entre los que destaca el Castillo de San Jorge.

Los miradores de las colinas son elementos relevantes tanto para los habitantes locales (son escasos los espacios públicos sensiblemente llanos en las colinas) como para los turistas. Aunque las condiciones de conservación de los edificios son en ocasiones malas, lo cierto es que el paisaje urbano desde estos miradores es siempre interesante. No se llega a los importantes desniveles de Oporto, que hacen pensar en los dibujos de Piranesi, pero la combinación del relieve y la gran lámina de agua es muy atractiva.

Las edificaciones recientes en la zona histórica están en general bien integradas en el entorno. Las edificaciones antiguas muestran en ocasiones acabados de azulejos de vivos colores, y a menudo muestran déficits de mantenimiento de consideración en sus fachadas. Esto parece más intenso en zonas menos favorecidas como Alfama.

Junto con una coherencia importante de las edificaciones, la sensación de unidad se transmite por la presencia casi universal de la calçada portuguesa en las aceras. Desde 1842 su forma original ha evolucionado sobre todo en los dibujos. Por un lado, puede resultar en ocasiones un poco incomoda y dar la sensación de ser resbaladiza por lo pulido de la piedra sometida al paso de los peatones; pero es un elemento de unidad, más resistente quizás de lo que aparenta, y es sobre todo sorprendente ver que también se aplica incluso a zonas de nueva urbanización en muchas ciudades de Portugal, lo que hace sospechar que el coste de mano de obra está por debajo del de otras zonas de Europa.  Por la noche resulta especialmente llamativo su efecto con los reflejos del alumbrado público.

En este contexto la oferta turística es variada, tanto en cultura y paisaje como en restauración y ocio. Recientemente se han introducido nuevas formas de acceso como el tuk tuk y se ha cualificado la oferta hostelera, con lo que la primera mitad de 2012 ha resultado positiva para el sector turístico en Lisboa

Lisboa (1)

Lisboa concentra en un territorio limitado varios tipos de turismo; salvo el de montaña y nieve, poco representativo en Portugal, en el área metropolitana se combinan patrimonio, cultura, playas, espectáculos, congresos y casi todos los tipos de actividad turística en diferentes formatos organizativos y económicos; es similar en este sentido a Barcelona.

Lisboa es además la tercera área metropolitana más poblada de la península Ibérica tras Madrid y Barcelona, y cuenta con uno de los cascos antiguos más monumentales e interesantes de toda Europa.

La condición de antigua capital de un imperio mundial, liquidado por la revolución de los claveles en 1975, y las huellas de ese antiguo esplendor en un marco desgraciadamente en ocasiones sometido a una decadencia que va más allá de lo poético, marca a la ciudad. Los viejos tranvías han sobrevivido en gran medida porque la ciudad no se vio sometida a las oleadas modernizadoras de otras zonas de Europa, aunque eso se ha convertido hoy en día en un activo turístico, y un activo de movilidad sostenible. La supervivencia de los pavimentos tradicionales en las aceras es en parte el resultado de una estructura de costes en la construcción que ya no existe en otras áreas. Por otra parte, la silueta del puente 25 de abril desde la Praça do Comercio configura un paisaje metropolitano interesante.

El Plano Estratégico do Turismo de Lisboa 2007-2010 desarrolla los objetivos de la estrategia nacional, y se plantea mejorar el valor a través de modernidad, autenticidad y experiencia. Se propone la organización de tres microcentralidades turísticas en torno a la ribera del Tajo: Belem, el centro histórico y el Parque das Naçoes (escenario de la Expo 98).