Las fronteras europeas ya no son lo que eran. Ya no hay policías, la moneda es la misma, y las diferencias son relativamente reducidas entre los dos países. Pero el tabaco, o la gasolina, o algo siempre es un poco más barato al otro lado… y da una oportunidad para ir a darse una vuelta. Las fortalezas ya no son lo que eran, ahora se llenan de turistas que van a comprar toallas y no de soldados.