Las ciudades son realidades tridimensionales, incluso en los llanísimos Países Bajos. Así que donde se está no sólo viene de un par de coordenadas planas, pues el paisaje varía de acuerdo con la altura relativa de cada elemento: árboles, edificios, el propio terreno… he ahí el objeto de los próximos artículos, en relación con Madrid, una ciudad con bastante «diversidad altimétrica».