La historia de Richard Edes Harrison es interesante: un diseñador que pasa a convertirse en cartógrafo no por sus conocimientos en la materia, sino por su capacidad de sintetizar una información compleja de forma comprensible para la gente de a pie. En un momento (la segunda guerra mundial) en que la aviación se presentaba como una tecnología que transformaba la percepción de las distancias, sus mapas presentaron al público estadounidense, a través del uso de proyecciones y perspectivas diferentes a la habitual de Mercator, una nueva forma de entender que estaba pasando.
Los artículso de Timothy Barney y Kenneth Field resultan ilustrativos