La Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela ha supuesto una muy cuantiosa inversión, que ha desbordado ampliamente las previsiones iniciales. Sólo se está construyendo una parte del programa, y el debate se centra ahora en la sostenibilidad a medio plazo de un complejo con altos costes de mantenimiento en un momento de recorte de gastos.
Por otro lado, supone un objeto escultórico inusual, con algunos espacios impactantes. Y es un gran equipamiento público, cuya orientación funcional puede evolucionar con el tiempo.