El área metropolitana de México, con algo más de 20 millones de habitantes, es una de las más pobladas del planeta.
De acuerdo con la publicación “Desarrollo urbano y movilidad en América Latina” publicada por la Corporación Andina de Fomento en 2011 la movilidad en la zona puede caracterizarse por:
– Una segregación espacial entre un centro con una composición socioeconómica diversificada, un oeste de altos ingresos y un este con desarrollos de baja renta.
– Una densidad en bajada continua en las últimas décadas
– Altas inversiones en transporte público, con 27 km de una primera línea de tren suburbano abierto a partir 2008, pero con baja intensidad de uso por los elevados precios y problemas de conexión.
– La incorporación en los años recientes de entre 250.000 y 300.000 vehículos al año, y un rápido crecimiento del uso de motos.
– Déficits sustanciales de calidad del transporte público
Varios proyectos están en curso para tratar de atajar estas problemáticas, especialmente desde el transporte público. Pero también hay medidas desde el punto de vista de las autopistas (según las webs del gobierno mexicano, un 25% de las inversiones).
El Periférico de México es una autopista en la que en hora punta la velocidad promedio es de entre 6 y 13 km por hora. La solución adoptada ha sido la creación de un segundo piso, aprovechando el corredor existente creado en las décadas de 1950 y 1960. El segundo piso cuenta con un carril reservado para transporte público. Se estima que el sistema aumentará las velocidades, reducirá las horas de trabajo perdidas y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Es difícil prevér el futuro; los informes oficiales dicen que las condiciones de México son diferentes de las de ciudades norteamericanas y europeas, pero sólo el futuro dirá si la nueva infraestructura atrae a su vez nuevos tráficos. El peaje por el uso del segundo piso puede ser el aspecto diferencial más importante.

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