¿Porqué contar los coches que se mueven por la ciudad? porque así se pueden dimensionar los viarios, ya sea para ampliarlos o para mantenerlos en una dimensión que no aumente la congestión por el efecto de llamada que suele tener cualquier ampliación. Para ello se suelen utilizar aforos sobre un número limitado de calles estructurantes, que concentran la mayor parte del tráfico, sin que se consideren importantes los tráficos en las de carácter secundario.
Pero también puede haber un incentivo mayor: para cobrar por el uso del espacio público, un recurso escaso, y de este modo subvencionar el transporte público. Esta es la política de Londres, con su Congestion Charge desde 2003. El sistema funciona de 7 de la mañana a 6 de la tarde de lunes a viernes, y no se cobra en ciertos días festivos. Hay un descuento del 90% a los residentes. El sistema se basa en 197 cámaras dispuestas en todas las calles del perímetro de la zona, que incluye un reconocimiento de matrículas que permite la emisión de facturas y multas; dado que los vehículos son objetos de un tamaño importante y se mueven con reglas más predecibles, aquí las cámaras son más fiables que para contar peatones. Hay sistemas similares en Oslo y Singapur, y pese a los problemas que malograron una iniciativa parecida en Nueva York, en San Francisco se plantea un proyecto del mismo tipo.
El sistema ha reducido en torno a un 30% los vehículos que acceden al centro, según datos de Transport for London. La empresa sabe cada día a cuantos vehículos factura, y los resultados se publican mensualmente en http://data.london.gov.uk/datastore/package/vehicles-entering-c-charge-zone-month. La fuerte bajada de usuarios a partir de 2011 se debe a la retirada del peaje de una zona al oeste.