Los tramos occidentales de la M30 de Madrid, junto al Manzanares, han sido soterrados. Pero la parte oriental sigue en superficie, y son visibles todas las cicatrices de las modificaciones de trazado para integrar los túneles y otras variaciones. Oportunidades perdidas en el acondicionamiento de espacios «residuales» (a cada cual le toca juzgar que es aquí lo residual).