Podemos estar de acuerdo en que los diagramas fondo- figura son una primera aproximación razonable a la descripción de un espacio urbano. Pero eso lleva, a su vez, a la necesidad de definir a que nivel se hace el corte de lo que se va a ver en el plano. Por ejemplo, tomando el plano catastral de Madrid: la primera imagen corresponde a las parcelas reflejadas como privadas (o de uso privativo, porque hay parcelas de titularidad pública). Esto nos permite ver que es viario, de cualquier tipo.
Si se eliminan de la vista todos los espacios que no tiene construcción visible (incluyendo a aquellos que sólo tienen construcciones subterráneas), la cosa cambia bastante. Desaparecen muchos patios, aparcamientos subterráneos y otros elementos. Es la visión habitual en esta clase de planos.
Pero también se puede ir más allá, seleccionando sólo aquellos elementos que están por encima de un nivel determinado. En este caso, aquellos que tienen más de 8 aturas. Y la ciudad pasa a tener otro aspecto, con algunas lógicas y situaciones más difíciles de entender.