En 1912 el aeropuerto de Viena se abre en Aspern, al Este de la ciudad; en 1975 empiezan a celebrarse en la pista carreras de coches, y en 1982 se abre una planta de General Motors. Ya a finales de 1980 empieza a plantearse la sustitución del aeródromo por un nuevo barrio, y en 2005 se lanza un concurso de diseño, ganado por Tovatt y Asociados.
El proyecto es interesante por varias razones: parece razonablemente planteado en términos técnicos, pero es casi, incluso de un modo caricaturesco, la plasmación de los análisis de David Mangin en “La Ville Franchisée”: es una pieza de cierta densidad, con limitadas conexiones con el resto de zonas urbanas del entorno, y se crea su propia ringstrasse… Un mundo relativamente cerrado y conectado a la autopista y el metro.