Mediterráneo español (1)

La costa mediterránea española cuenta con una de las mayores concentraciones de plazas turísticas del mundo. En su mayoría están vinculadas al modelo de “sol y playa”, utilizado a partir de la década de 1950 como un instrumento de crecimiento económico de las políticas de estado, en las que el turismo ocupaba un papel esencial.

Aunque hay ámbitos con edificación muy reciente y/o ha habido operaciones de mejora importantes, en algunas zonas el litoral cuenta con edificaciones muy próximas a la playa con cerca de 50 años de edad y unos problemas que en muchos lugares suelen asociarse más a los barrios marginales de las grandes ciudades que a las zonas turísticas: baja calidad constructiva y necesidad de rehabilitación,  ineficiencias en el uso de la energía y el agua, deficiencias en el tratamiento del espacio público, mala imagen física de los edificios. Sin embargo, estos espacios siguen siendo generadores de renta, aunque con el paso del tiempo han ido estratificándose por mercados en función de su grado de degradación o transformación.

En paralelo el modelo se ha diversificado. Muchos europeos del norte han llegado y se han establecido de manera permanente o por varios meses al año, apreciando más la suavidad del clima invernal que la propia playa o la presencia del mar. Esto ha abierto el mercado inmobiliario hacia zonas de interior, y ha acentuado un problema ya existente: el coste de mantenimiento de los servicios a lo largo del año a tejidos urbanos poco ocupados durante muchos meses.

El paisaje de esta costa norte de la provincia de Alicante está marcado por un relieve accidentado y grandes formaciones rocosas en una costa recortada. El impacto del turismo sobre este paisaje es notable.

Esta semana las notas versarán sobre esta realidad a través de seis ejemplos de la provincia de Alicante:

–           Benidorm

–           Denia

–           Calpe

–           Altea

–           Jávea

El peso de los diferentes sectores económicos en estos municipios se estima según los datos del Anuario Económico de España 2012 de La Caixa. El siguiente gráfico muestra el peso relativo de los sectores, y, a efectos de comparación, la situación en la capital provincial, Alicante (más de 300.000 habitantes). Benidorm se presenta como una clara singularidad por la concentración hotelera.

El análisis de las pernoctaciones en establecimientos hoteleros en el conjunto de la costa alicantina (en la que se incluyen estos municipios) muestra que cada año en torno a un 60% de las pernoctaciones son de turistas españoles y un 40% de turistas extranjeros. El reparto mensual de las pernoctaciones muestra que la afluencia de extranjeros muestra menos oscilaciones, mientras que la española se concentra especialmente en el verano. Aunque en 2011 los hoteles concentraron en España el 73,6% de las pernoctaciones, estos datos no pueden extrapolarse de forma directa al conjunto de la actividad turística, porque las dinámicas en apartamentos de alquiler y en viviendas en propiedad son diferentes, hay variaciones zonales y existe una oferta no registrada.

Calpe

Polop: el crecimiento avanza hacia el interior

Evolución de las pernoctaciones de turistas españoles y extranjeros

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