La calle Real de La Coruña (Galicia, España) es una de las calles más representativas del casco histórico. Con unos 300 m de longitud y una anchura media de unos 7 metros, era antiguamente una calle interior respecto a la primera línea del mar, que hoy, por sucesivos rellenos, está a una cierta distancia. La trama urbana es relativamente regular, aunque no geométricamente homogénea: la calle tiene un eje que no es totalmente recto, aunque se lleva a ver el final desde el principio.
La calle ha sido históricamente una de las centralidades comerciales de la ciudad; la expansión metropolitana, los centros comerciales periféricos y las crisis económicas están impactando cada vez más esta posición, hoy muy diluida.
La uniformidad arquitectónica se mantiene más o menos en la zona central, aunque con variaciones importantes, especialmente en el extremo occidental (A). El pavimento con grandes losas de granito (que cuando están mal asentadas hacen que “llueva desde abajo” los días de lluvia…) sigue estando. Es una calle peatonal salvo para carga y descarga, lo mismo que las calles que la rodean, no sólo por regulación, sino también por la propia dimensión (y la ausencia de garajes en parcelas tan estrechas…).