La ciudad francesa de Lyon es muy interesante por varias razones: por su emplazamiento entre dos ríos que parece que se resisten a unirse, generando una larga península que se ha convertido en el centro urbano, por un relieve que permite buenas vistas incluso de los Alpes, que están a más de 100 km, y por un urbanismo bastante ordenado. La comida es otra buena razón…
El centro histórico está en la zona de Fourviere, en la orilla del Saona, y se ha expandido hacia el Este. El plano de Jean Antoine Morand de 1764 muestra la visión de consolidación de la ciudad en el paso a través de los dos ríos. La confluencia del Ródano y el Saona, que ha variado con la dinámica fluvial y los encauzamientos al pasar los siglos, ha sido hasta fechas recientes un arrabal relativamente desordenado y con usos ferroviarios e industriales.
En 2003 el Ayuntamiento de Lyon lanza la operación urbanística, buscando configurar un espacio de alta calidad de vida, con viviendas asequibles, diversidad de usos y actividades culturales, y el emplazamiento de la sede del Gobierno de la Región Rhone- Alpes.
El espacio de proyecto ocupa 150 hectáreas, con 70 hectáreas de parcelas y 35 de espacios libres. El objetivo es que el barrio alcance 16.000 habitantes y 25.000 puestos de trabajo, con edificios de alta eficiencia energética y reducido uso de agua. Cualquier punto de la operación se encuentre a menos de 400 metros del agua y de una parada o estación de transporte público. El riesgo de inundación se limita reduciendo por un lado la impermeabilización de los suelos (limitación de estacionamientos en superficie, espacios públicos de hierba) y por otro con un diseño que incluye canales.
Se han diseñado espacios públicos y edificios pensando en la relación con el agua, integrando el patrimonio edificado.
Más información en www.lyon-confluence.fr