Empezaré hablando de un americano; no de un ciclista que se ha sincerado, sino de un tal Steve Jobs (aunque escribo en Windows…), que parece ser que decía que pensaba que los ordenadores debían ser bicicletas para la mente. Se refería a que el rendimiento del cuerpo humano en sus desplazamientos, bajo en relación con muchos otros animales, mejoraba al del condor cuando utilizaba una bicicleta. Porque en esencia eso es la bicicleta, una máquina de multiplicar el rendimiento muscular humano.
La Fundación Esteyco ha publicado en 2010 el libro “La Ingeniería de la Bicicleta”, con la contribución de varios autores. Es una magnífica obra de referencia sobre el objeto en si mismo, sus orígenes, sus problemas y soluciones en términos de ingeniería, y, porque no, la belleza estética que presenta a veces.
En sus últimos capítulos, el libro se interesa por la ingeniería de los espacios por los que circulan las bicicletas (desde los puertos pirenaicos del Tour de France a los espacios urbanos) y su capacidad como medio de transporte urbano. Se incluye también un conjunto de breves textos de autores como Hemingway y Delibes, y visiones artísticas, sobre la bicicleta.
Una visión complementaria del problema puede verse en el texto de Pucher y Buehler en Transport Reviews, Vol. 28, No. 4, 495–528, July 2008